Los cuadros decorativos de mandalas no son simples obras de arte, simbolizan espiritualidad y esconden en sí mismos mucho más de lo que la gente piensa. Estas piezas denotan circularidad y tienen significados profundos asociados con la meditación, el cosmos, la mente, el espíritu y la materia. Especialmente en las culturas asiáticas, como China, Japón y Tíbet.
El término mándala es muy antiguo y puede traducirse literalmente como “círculo”. No es una coincidencia que esta palabra represente un objeto sagrado circular, como el sol o la luna, por ejemplo.
Además, el concepto de cuadros decorativos de mandalas está estrechamente ligado a las formas existentes en la base de cada círculo, creados a partir de reglas muy estrictas, y que tienen como objetivo la observación y la meditación. De hecho, los círculos que componen estas obras artísticas no se toman de manera individual, sino que se enriquecen con diferentes expresiones geométricas.
Ciertamente, estas piezas decorativas representan una entrada a una dimensión psíquica y espiritual. Queremos por tanto en Arte BCN explicar detalladamente que transmiten las pinturas artísticas mandalas.
Cuadros Decorativos de mandalas: Más allá que arte
Lo que realmente importa de los cuadros decorativos de mandalas no son sus formas en sí, sino el acto de su creación. La implementación de esta expresión artística en una pintura tiene como propósito estimular los sentidos para mejorar la concentración y la memoria.
Es precisamente esta particularidad que convierten a estas piezas en una representación simbólica del propio universo. Transmitiendo un cúmulo de sensaciones que convierten cualquier estancia en un lugar más espiritual y armónico.
Relajación mental y pre-meditación
Los cuadros de mandalas son una declaración de belleza y armonía. Ellos encierran diferentes significados y dan lugar a la energía, la atracción y la fascinación. Son una fuente de conocimiento ancestral, a su vez que actúan como un medio atractivo y terapéutico, el cual puede conducir a los visitantes a un estado de relajación mental y de pre-meditación.
Equilibrio, firmeza y armonía
Elaborar cuadros decorativos de mandalas invita al propio artista a experimentar un estado de equilibrio, firmeza y armonía. El dominio de este estado emerge con su logro y mantenimiento, algo que puede verse reflejado en la obra.
Reflejan el estado alcanzado por los artistas
Estas piezas son el resultado del estado de armonía que alcanzó el artista durante su elaboración. Esta es una de las principales razones por la que este arte es considerado como sagrado. Sobre todo, porque está impregnado con simbologías, significados e introspectivas inherentes a sus creadores, por tanto, los cuadros mandalas tienen el poder de afectar y actuar en el medio ambiente circundante.
Símbolos de buen augurio
El centro de los cuadros decorativos de mandalas es considerado como el punto de apoyo que establece el significado principal de la pintura. Todo lo que rodea el centro, tiene una doble función: apoyar la simbología plasmada en el centro e irradiar una fascinación atractiva.
En el centro del mandala hay símbolos de buen augurio y sílabas con significados profundos y puros. Por eso y más, son excelentes objetos para usar en entornos de meditación para proporcionar equilibrio y armonía.
La simbología detrás de los colores en las obras mandalas
Los colores que utilizan para dibujar los cuadros decorativos de mandalas no son aleatorios. Cada uno bosqueja un significado muy concreto y debe emplearse adecuadamente.
- Amarillo: Está relacionado con la clarividencia, concretamente, con el despertar de la mente y su florecimiento. En otras palabras; este color propone que la inteligencia es capaz de evolucionar a un estado de serenidad.
- Azul claro: Es que el resguarda mayor proximidad con el concepto de espiritualidad. Supera todos los límites y nos permite estar en constante movimiento hacia todo lo efímero e imaginario.
- Blanco: Se asocia con el deseo del individuo de alcanzar un estado mental superior, buscando un punto de conjunción con lo trascendental. El blanco representa la mente y la intuición. A simple vista, este cuadro Mandala además de tener bastante blanco, inmediatamente se le puede dar una lectura de florecimiento mental.
- Marrón: Simboliza fertilidad y representa la necesidad de prepararnos para un nuevo comienzo, partiendo de algo que ya está presente en nosotros/as. Esto abre camino a un nuevo descubrimiento de nosotros/as mismos/as.
- Naranja: Transmite una energía más tenue que el rojo y se asocia con la alegría.
- Negro: Un pintura mándala con riqueza en este color, como el Cuadro abstracto Black Mandala implica la búsqueda de la introspección. Las personas que crean estas obras envían un mensaje muy claro; necesitan un momento de reflexión para intentar desprenderse de lo que le pesa.
- Rojo: Significa ingenio y se utiliza para contrarrestar la pereza. Las obras mandalas con este color tienen la particularidad de estimular a las personas de alcanzar sus objetivos.
- Verde: Naturaleza y tierra son los elementos que encierra este color. En las abras artísticas mandalas denota lo natural y brota en nosotros/as, enmarcando la importancia de un espacio subjetivo que debemos preservar y proteger.
En definitiva, según el color que elija el artista para pintar mandalas, habrá un camino distinto para alcanzar esa elevación espiritual que buscamos a través de esta forma de arte. Es importante destacar que la dificultad detrás de la creación de estos cuadros, reside precisamente en su complejidad y significados que podemos interpretar de maneras diferentes.
Conclusiones
Al final, saber qué transmiten los cuadros decorativos de mandalas dependerá del color, los elementos geométricos que lo componen y la cultura. En los últimos años se han puesto muy de moda y se utilizan mucho en la arteterapia. Además, el objetivo de estas obras es servir como herramientas en el viaje espiritual porque simbolizan el orden cósmico y psíquico.
No hay duda, las piezas mandalas son elementos decorativos muy importantes de las culturas asiáticas. Se pueden definir exteriormente como una representación visual esquemática del universo o, interiormente como una guía para las prácticas psicofísicas, incluida la meditación, claro está.
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